domingo, 6 de septiembre de 2020

 HACE NOVENTA AÑOS DERROCABAN A HIPOLITO YRIGOYEN



Alejandro Simonoff

HOY SE CUMPLEN NOVENTA AÑOS DEL DERROCAMIENTO DE HIPOLITO YRIGOYEN, AQUÍ UNOS FRAGMENTOS DE MI TEXTO “UNA INTERPRETACIÓN DE LA  HISTORIA DEL RADICALISMO” SOBRE EL TEMA

El golpe de septiembre de 1930 marca el inicio de la decadencia de los argentinos como sociedad moderna. Los motivos son múltiples, pero creemos que el fundamental esta dado en el escaso desarrollo político de las élites dirigentes de entonces, en donde la polarización entre los yrigoyenistas y quienes no lo eran pasó a ser el eje central de la política de entonces.

Pero ¿cuáles eran los motivos para tal división? Según Halperín Donghi, los “herederos” de la tradición liberal en la Argentina fueron marginados del espectro político por su falta de representatividad. Los avances de la democracia de masas ocasionaron una frágil solución política entre la conservación de las clases propietarias, a quienes estos sectores representaban, y las exigencias de democratización por parte de las masas.[1]

Este delicado equilibrio hizo que las élites optaran por el golpe y el fraude para mantener sus privilegios. Pero si el radicalismo es también heredero de la tradición liberal argentino ¿qué es lo que pasó?

Lo que hay que resaltar es que muchas de las transformaciones que sufre el radicalismo son producto de los cambios que se operaron en el liberalismo decimonónico. En sus orígenes el radicalismo es heredero del liberalismo del siglo XIX, pero con rasgos propios, ya que es una variante solidarista. A pesar de ello, no escapó a la transformación que en este siglo se produjo en esta tradición que, como dice Eric Hobsbawm “podía desaparecer o hacerse irreconocible.”[2]

El 6 de septiembre de 1930 se instauró en el país la dictadura de Uriburu que intentó esbozar un Estado Totalitario en nuestro país. Pero la diversidad de las facciones que derribaron a Yrigoyen formaban dos grupos: quienes pretendieron un estado fascista – que hizo agua el 5 de abril de 1931, cuando el radicalismo triunfó en las elecciones para la gobernación de Buenos Aires – y quienes propusieron una democracia limitada impidiendo su concreción, saliendo victoriosos de esta puja, con grupos que estaban formados por sectores populistas muy fuertes como el del Gobernador de Buenos Aires, Manuel Fresco, quien impuso en la provincia un pequeño ensayo del proyecto corporativo.

El debilitamiento del liberalismo en sus aspectos económico y político significó su transformación: aparición en la  Argentina de alternativas regulatorias de la economía (creación del Banco Central, las Juntas Reguladoras, el pacto Roca-Runciman, etc.) y, desde lo político, optaron por el fraude como forma de excluir al radicalismo.

Esta transformación afectó también al radicalismo al ser un liberalismo solidarista, aunque su eclecticismo – que tiene su origen en el krausismo - le permitió en esta década que convivieran en su seno liberales a la europea (los alvearistas), el nacionalismo democrático representado por FORJA[3] y Amadeo Sabattini[4], las ideas keynesianas y el pensamiento social demócrata[5] del Movimiento de Intransigencia y Renovación.

La ruptura constitucional de 1930 y la adopción del fraude como metodología política influyó sobre toda la vida política argentina generando un ambiente de corrupción generalizada que llevó a denominar a este período, iniciado en 1930 hasta la Revolución del 43, como la “Década Infame”. El radicalismo enfrentó esta situación de dos maneras distintas, la primera desde 1931 a 1935 con la adopción de una oposición revolucionaria y abstencionista, la llamada “abstención corta” para luego participar de las elecciones por decisión de la cúpula alvearista. Esto generó una división importante en el seno del partido, por un lado, el grupo oficialista, formado por Alvear y sus seguidores, y por otro, la oposición conformada por el sabattinismo, por FORJA, y luego tras la disolución de esta agrupación por el Movimiento Renovador de la Provincia de Buenos Aires, origen de Intransigencia y Renovación.

Dentro del radicalismo los algunos sectores antipersonalistas[6]que reingresaron al partido tras el golpe del 30, se sumaron al alvearismo y pronto tomaron la conducción partidaria realizando una política antiyrigoyenista. Con la muerte de Yrigoyen, Alvear quedó como jefe del partido. Éste buscó una oposición dentro de la legalidad, aunque, como lo dice Ciria, esta posición fue la que llevó a un desgaste del radicalismo como oposición política que redundo en la gestación del peronismo durante el gobierno de facto de la revolución del 4 de junio de 1943. Dicho en otras palabras:

... Alvear, después de todo, es la figura más representativa de la  UCR como partido de oposición – al estilo francés o inglés, claro - dentro de la legalidad, una legalidad trampeada constantemente por el fraude y la discriminación...[7]

El rescate del yrigoyenismo empezó a fines de la década del 30 a partir de Sabattini, reafirmándose con algunas actitudes que toma la Convención Nacional como la de 1937 cuando regresa al planteo de que el Estado debe “contrarrestar... el poder de las oligarquías que obstaculizan el progreso.”[8]

Tras el alejamiento de FORJA del radicalismo, otro grupo asumió la oposición partidaria, formado también por jóvenes – algunos habían pasado por aquella como Del Mazo y Dellepiane -, otros no –como Lebensohn, Balbín, Frondizi, etc.-. Iniciaron su enfrentamiento con la conducción alvearista, a través del grupo de Intransigencia y Renovación.

Durante la década del 30 y principios del 40 se produjeron cambios sustanciales en la sociedad argentina como que los trabajadores industriales crecieron considerablemente alrededor de Buenos Aires, agudizando el problema del desequilibrio espacial del país. Esto no fue percibido por los partidos mayoritarios de entonces, y sí por quienes –o algunos de ellos- condujeron la revolución de 1943, que justo es reconocerlo hicieron cabida a los reclamos de este nuevo sector. Pero como lo califica Rouquié era “militarista y antipartidario.”[9]

Producto de esos importantes cambios sociales y económicos ocurridos en los años treinta, las vinculaciones entre la política y la corrupción, además de las erróneas decisiones políticas que la conducción alvearista generaron las condiciones para el ascenso al poder de un nuevo movimiento político, el peronismo.[10]La Segunda Guerra Mundial acelera el proceso de industrialización por el de sustitución de importaciones que cambia la estructura productiva y creó una nueva realidad social.

Notas

[1] HALPERIN DONGHI, Tulio. “Liberalismo argentino y liberalismo mexicano: dos destinos divergentes” [En: El espejo de la historia. Problemas argentinos y perspectivas latinoamericanas.Buenos Aires, Sudamericana, 1987], 163.

[2] HOBSBAWM, Eric J. La era del Imperio. Barcelona, Labor, 1987, 331.[1] FORJA (Fuerza de orientación Radical de la Joven Argentina): grupo de jóvenes opositores a la política de Alvear desde el partido; con un fuerte contenido contestatario con respecto a la situación del país con Gran Bretaña, principales denunciantes del fraude y la corrupción que se vivía por esos años. Se reconocen dos épocas una desde su fundación en 1935 hasta 1940, en donde se mantuvieron dentro del radicalismo y luego de esta etapa hasta el 17 de octubre de 1945 cuando se incorporan al peronismo.

[3] FORJA (Fuerza de orientación Radical de la Joven Argentina): grupo de jóvenes opositores a la política de Alvear desde el partido; con un fuerte contenido contestatario con respecto a la situación del país con Gran Bretaña, principales denunciantes del fraude y la corrupción que se vivía por esos años. Se reconocen dos épocas una desde su fundación en 1935 hasta 1940, en donde se mantuvieron dentro del radicalismo y luego de esta etapa hasta el 17 de octubre de 1945 cuando se incorporan al peronismo.

[4] SABATTINISMO: Movimiento político acaudillado por Amadeo Sabattini, quien era gobernador de Córdoba y tras la muerte de Yrigoyen aspiraba a sucederlo.

[5] Basta leer a Moisés LEBENSOHN. Problemas del radicalismo y El radicalismo frente a una definición vital. Buenos Aires, Comisión de Homenaje, 1953.

[6] Luego tomaron el nombre de unionismo, por impulsar la Unión Democrática en 1946. Estuvieron al frente del partido desde la muerte de Marcelo de Alvear hasta 1946, perdurando hasta ya entrado los años 60.

[7] CIRIA, Alberto. Partidos y Poder en la Argentina Moderna (1930-1946). Buenos Aires, Hyspamérica, 1985, 174.

[8] ACUÑA, Marcelo. De Frondizi a Alfonsín. Buenos Aires, CEAL, 254.

[9] ROUQUIE, Alain. Poder militar y sociedad política en la Argentina. Buenos Aires, Emecé, 1982, II, 341.

[10] No intentamos rastrear su génesis solamente indicamos algunas causas muy generales, por cierto.

[11] MOVIMIENTO DE INTRANSIGENCIA Y RENOVACIÓN (MIR): movimiento, fundado hacia 1946, que derrotó al Unionismo de la conducción partidaria, su importancia radica por el precedente ideológico que aportó a la UCR, entre documentos básicos. La Profesión de Fe Doctrinaria, Las bases Doctrinaria, Las Bases de Acción Política y la Declaración de Avellaneda.

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